Infertilidad/esterilidad: ¿Se puede encontrar gozo en los desvíos de la vida?
- Rebeca Martínez Fernández
- Aug 25, 2018
- 3 min read
Updated: Oct 19, 2020
…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Filipenses 4:11 (RV)

Con todas las situaciones que había vivido Pablo, sin esposa, sin hijos, podía decir que en cualquier situación había aprendido a contentarse. Cuando dice he aprendido significa que no es algo automático, ni que nació con esta cualidad. Es algo que decides a pesar de lo que enfrentas, a pesar de las burlas, el abandono, el dolor, la pérdida, las heridas, los desprecios y las malas noticias. Decides tener contentamiento a pesar de todos esos retos. Esto no significa que seremos robots y vamos a negar nuestros procesos, no. Los reconozco, pero aun así sé que el Dios al que yo le sirvo está conmigo, sé que es fiel, sé que esta situación solo es temporal, que todo tiene un principio y un final, aunque a veces parezca interminable el sufrimiento. Aunque a veces sientas que no se acaban los diagnósticos, y cuando piensas que tu fe está fuerte, un golpe llega y te hace tambalearte. Se vale llorar, se vale entristecerte. No se vale mantenernos ahí por mucho tiempo porque nuestra vida va mucho más allá de lo que estamos viviendo en este momento. Todo puede empezar con una simple oración que diga: “Señor, me siento muy triste, pero te amo a ti más de lo que amo entender”. Dame la sabiduria para eschar tu voz y seguirla. Ayudame a comprender que tus planes SIEMPRE son de bien. Solo en tus manos puedo navegar este desierto y encontrar propósito y alegría".
Hay una historia que me estremeció en el momento en que la escuché y deseo contártela. Se trata de Horatio Spafford y su esposa Anna Spafford. Líder de una iglesia, casado y con cinco hijos. Sufrió la pérdida de uno de sus hijos por enfermedad. Un tiempo más tarde decide tomar unas vacaciones con su familia, pero una situación laboral lo retrasa y envía a su esposa y cuatro hijas adelante para alcanzarlas una vez resuelva la situación. El barco se hunde y sus cuatro hijas mueren, solo queda su esposa viva quien le notifica de la tragedia. Inmediatamente toma un barco para encontrarse con ella. Mientras está viajando le señalan el lugar en el que fallecieron sus hijas. Lo que provoca que el escriba la siguiente canción:
Cuando la paz, como un río, inunda mi camino,
Cuando los dolores como las olas del mar ruedan;
Sea cual sea mi destino, tú me has enseñado a decir:
Está bien, está bien con mi alma.
Que Cristo ha considerado mi estado de indefensión, y ha derramado su propia sangre sobre mi alma.
Para mí, sea Cristo, sea Cristo suficiente razón para vivir:
Si el Jordán sobre mí rodara,
Ningún dolor será mío, porque en la muerte como en la vida tú susurrarás tu paz a mi alma.
¿Qué podría haber hecho que este hombre en el peor momento de un padre, habiendo perdido sus cuatro hijas, cante esto? Este es un claro reflejo de lo que habla el apóstol Pablo.
Este ha sido un tema que el Señor ha tratado mucho conmigo en este proceso de infertilidad. Al igual que a ti, me abrumaba el hecho de saber que pasaban los años y vi niños nacer que ya son adultos y yo siempre en el mismo lugar, en la espera de un milagro que año tras año no sucedía. Esto me consumía cada pensamiento y siempre me preguntaba lo mismo: ¿Por qué? ¿Qué se sentirá ser madre? ¿Qué se sentirá cargar un niño en el vientre? Pasaba horas en la noche imaginando cómo sería tener un niño en la casa. Eso parece inofensivo, pero me entristecía mucho y me desenfocaba de todo lo demás. Hasta que el Señor fue muy enfático conmigo y me señaló mi falta de contentamiento en este proceso de mi vida. Solo en oración y a través de muchas horas a sus pies logré soltar la carga, en ocasiones era llorando, en otras era desahogando mi frustración, en otras era pidiéndole y en todas le entregaba mi tristeza, hasta que poco a poco desapareció. Él te escucha, no pienses que, porque esa petición específica no la ha contestado, Él te ignora. ǃpara nada! Él ha recogido todas las lágrimas que has derramado. Él ha escuchado cada oración, cada súplica, cada pensamiento y los ha tomado en cuenta. Él y solo Él puede llevarse tu tristeza y dejarte un gozo que no puedas explicar.
Te invito hoy a que hables con Dios sobre tus sentimientos y entrégale tus preocupaciones, tus inquietudes y tu desilusión. Él te entiende y es el único que puede cambiar tu tristeza en canción como dice el Salmo 30:11
Has cambiado en danzas mis lamentos; me has quitado el luto y me has vestido de fiesta.
Parte de este escrito fue tomado del libro: Anclada a tu verdad
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